jueves, 20 de septiembre de 2007

La paz restaurada

Por Sara C.

Amanecerá un día sin inviernos calcinados,

ni mañanas sombrías, ni lunes desvelados,
ni esperanzas perdidas.

Amanecerá un día sin huellas de violencia,
sin llantos de miseria, ni sombras de tristeza,
ni luces consumidas.

Amanecerá un día sin lluvia de balas,
sin puertas cerradas, sin frases desgarradas,
ni plazas vacías.

Amanecerá un día sin miradas inquietas,
brotando alegria con afan de justicia
y destellando amor sin codicia.

Amenecerá ese día en la tierra olvidada
sembrando en su entraña la semilla de un alma
que se ofrece ser fruto de una paz restaurada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonic poema, em va encantar

salutacions

Mercè

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