Vengo de un espacio sin prisas y de un mar iluminado por miradas,
llevo entre mis manos hojas secas, que se adhieren a mi esperanza,
he caminado tanto, ahora toca descansar.
Me cubre una nostalgia que me cobija, como manta de retazos de vida,
son ventanas a una experiencia inigualable, y una lágrima
las celebra cada vez que asomo mi curiosa inquietud de rememorar
cada detalle entre mi alma y mi pasado.
Pudiera haberme quejado, no había motivo, cada momento vivido
se sucedió por una razón que ahora entiendo, y feliz estoy
que me trajera aqui, precisamente donde hoy mis pies se afirman.
Articulos de Sara
miércoles, 9 de junio de 2010
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