sábado, 21 de marzo de 2009


- ¿Qué ves allí pequeña niña?
- Un arco iris, con muchos colores, ¿tú no lo ves?
- Veo sólo nubes, nubes grises, nada más.
- Pero si está allí, delante de nosotras, mira como sonríe.
- Bah!, no sonríen las cosas inanimadas...
- ¿Qué es eso de inanimadas?
- Las cosas que no tienen vida, que no sonrien.
- Ah, pero este arcoiris no es así, porque me sonríe mucho, ¡y se ve que tiene vida!
- Mentir no se debe hacer, hace daño al corazón.
- Papá me enseñó a no decir mentiras.
- Entonces, te has inventado lo del arcoiris.
- Allí está, no es un invento, existe y me sonrie.
- Es que no le veo, quizá tus ojos estén equivocados.
- También pueden ser tus ojos, ¿no crees?
- Mis ojos siempre han visto la verdad de todo.
- ¿Qué es la verdad de todo?
- La verdad de todo, es lo que se ve, lo que es, lo que existe realmente.
- Pues, este arcoiris es la verdad de todo, porque existe.
- Pequeña, está bien, puede que tu arcoiris exista, pero está aquí en tu cabecita.
- En mi cabeza no está, está allá, entre aquellas nubes, y se ríe de ti.
- Te ries tú de mi, niña soñadora, niña con mucha imaginación.
- Sabes, no me río de ti, me da tristeza porque tus ojos no pueden ver.
- Mis ojos están bien.
- No lo sé, no brillan con la luz del arco iris y están grises.
- Te equivocas niña, te miro y veo lo que me rodea.
- Si miraras lo que te rodea verías que no miento.
- ¿Qué puedo hacer entonces?
- Mirar con el corazón.

No hay comentarios:

Correo personal: scuentas@hijasdelatierra.net
ecoestadistica.com